lunes, 31 de julio de 2017

Música de la Edad Media



Antes de empezar es bueno advertir de que en cualquier estudio histórico se hacen referencia a fechas. Unas son muy exactas, como el día en el que Colón llegó a América, 12-10-1492. Otras son más inexactas, son las que hacen referencia a comienzos y fines de periodos, el fín de la Edad Moderna por ejemplo. Los procesos de cambio en la historia pasan poco a poco, por lo tanto no hay un día en lo que todo ocurre. Nadie se acuesta en la Edad Media y se despierta en la Moderna.

La música en la Edad Media.

La Edad Media es el periodo de la historia de Europa que se desarrolla entre el año 500 y el 1400. Como es tan largo podemos dividirlo en dos peiodos:

Primer periodo.
Transcurre entre el 500 y el 1000.
Es una época de gran pobreza económica, como prueba la inexistencia de grandes edificios (salvo en Al-Andalus).
Esta falta de recursos se traslada a la cultura, así solo los altos cargos de la Iglesia poseían algo de formación, el resto no sabía ni leer, ni siquiera los reyes.
Canto Gregoriano
El único fenómeno musical que conocemos es él y solo desde el siglo IX.
Es un canto religioso que los monjes (no los fieles) realizaban varias veces al día. Su función es similar a la de las procesiones de Semana Santa, alabar a Dios. Por lo tanto es una música muy seria, alejada de todo lo que recuerde a las fiestas y bailes. Está hecha para que alguien con una profunda fe en Dios se acerque a Él, meditando y concentrandose. Es una música sagrada.

Sus características son:
Es monódica, aunque haya más de un cantante todos hacen la misma nota.
Es vocal, no hay instrumentos.
No tiene un ritmo marcado, este fluye con el de la palabra.
Su letra está en latín.



En este periodo en Al-Andalus, la música alcanza un elevado nivel técnico que servirá de modelo a fenómenos posteriores, pero sus compositores e interpretes no quisieron escribirla por lo que no conocemos sus características.

Segundo periodo.
Entre el año 1000 y el 1400.
Europa se recupera económicamente poco a poco. Aunque el 90% de la población sigue viviendo casi en la miseria, los nobles, alto clero y los poderosos de las ciudades pueden acumular grandes riquezas.
Esto se nota en la cultura y el arte. Es la época de los castillos y las catedrales.
En música se caracteriza por dos fenómenos.
El movimiento de los trovadores.
Los nobles de este periodo, no solo son más ricos sino que también más cultos.
De entre sus filas nacen los trovadores, quienes son unos músicos y poetas que le cantan al amor y a las batallas.
Son la primera música profana (no religiosa) que conservamos. Sus características son:
El ritmo está marcado, algunas incluso son piezas de baile.
Aparecen instrumentos generalmente como acompañantes.
Aunque parezca polifonía, no lo es, pues los instrumentos tocan lo mismo que las voces.
Los idiomas son muy variados, latín, oc, francés, gallego, alemán...


El nacimiento de la polifonía.
Es el otro gran invento de la época, consiste en el canto con varias voces, que dan notas diferentes, a la vez, la polifonía. Es un fenómeno urbano pues nace en las catedrales y en sus escuelas es donde se investiga qué notas suenan
bien juntas y cuáles no.
Empieza siendo muy sencilla, con voces con ritmos paralelos. Es el “Ars antiqua”.
En este estilo destacan Leonin


Y Perotin.





Cuando las voces se hacen más diferentes unas de otras nace el “Ars nova”.

Uno de los primeros es Philipe de Vitry.




Uno de los mejores es Guillame de Machaut.



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